miércoles, 23 de diciembre de 2015

LA CONSCIENCIA Y LA VOLUNTAD

LA CONSCIENCIA Y LA VOLUNTAD…

P. ¿Por qué la naturaleza hizo incompleto al hombre, lo dejó a mitad de camino?

R. Es una buena pregunta, sólo que por ahora usted no entiende qué puede adquirir un hombre.

Cuando lo entienda, comprenderá que aquellas cosas sólo pueden adquirirse mediante los propios esfuerzos del hombre.

Lo que puede desarrollarse en el hombre es la consciencia y la voluntad, y sólo pueden ser desarrolladas si el hombre comprende que no las posee.

Cuando comprenda eso, verá que sólo pueden obtenerse, no darse.

El hombre es creado del único modo que puede ser creado.

Todo lo que puede darse, se da; no puede darse más.

De lo contrario, eso sería lo mismo que tomar un hombre de la calle y convertirlo en general; no sabría qué hacer.

No pueden dársenos aquellas cualidades, debemos ganarlas o comprarlas con esfuerzo.

Este es el único modo de adquirirlas.

El conocimiento real, el conocimiento objetivo es el conocimiento que proviene de la mente superior.

Tal conocimiento nos enseña cómo estudiar al hombre, cómo estudiar el universo, y también cómo estudiar a uno en relación con el otro.

Con el conocimiento objetivo es posible conocer el mundo real mediante el uso de los principios de la relatividad y la escala, y mediante el conocimiento de las dos leyes fundamentales del universo: la Ley del Tres y la Ley del Siete.

La aproximación al conocimiento objetivo es a través del estudio del lenguaje objetivo.

Recuerde que dije que el estudio de este sistema empieza con el estudio de un lenguaje nuevo, y le di varios ejemplos: los centros, la división del hombre nº 1, nº 2, nº 3, nº 4, nº 5, etc., la identificación, la consideración, el recuerdo de sí.

Todas estas son expresiones de este lenguaje.

El paso siguiente es el estudio de uno mismo, el estudio de la máquina humana, y la comprensión del lugar del hombre en el universo.

Este conocimiento de uno mismo es a la vez un objetivo y un medio.

Pero como dije, si un hombre quiere desarrollarse, el conocimiento solo no es suficiente; debe trabajar también para cambiar su ser.

Sólo que el cambio del ser es tan difícil que sería casi imposible si el conocimiento no estuviera allí para ayudarlo.

De modo que el conocimiento y el ser deben crecer juntos, aunque uno está muy separado del otro.

Ni el conocimiento ni el ser pueden dar, por separado, una comprensión correcta, porque la comprensión es la resultante de un crecimiento simultáneo del conocimiento y del ser.

El crecimiento del conocimiento significa una transición desde lo particular a lo general, desde los pormenores a la totalidad, desde lo ilusorio a lo real.

El conocimiento corriente es siempre un conocimiento de los pormenores sin el conocimiento de la totalidad, un conocimiento de las hojas, o de los nervios y las endentaduras de las hojas, sin conocer el árbol.

El conocimiento real no sólo muestra un pormenor dado sino también el lugar, la función y el significado de este pormenor en relación con la totalidad.


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